El pasado domingo 7 de septiembre, el Papa León XIV canonizó a Carlo Acutis y también a Pier Giorgio Frassati en una solemne celebración Eucarística en la Plaza de San Pedro. El primero de ellos, fue un joven italiano que murió a los 15 años. Por eso, alguien podría preguntarse cómo es posible que un joven de corta edad sea considerado un santo, qué tuvo de especial para que la Iglesia Católica lo haya subido a los altares y lo proponga como modelo de santidad a todos los fieles.

Carlos Acutis nació en Londres el 3 de mayo 1991, cuando su familia se encontraba por razones de trabajo en Inglaterra. Murió en Monza, norte de Italia, el 12 de octubre de 2006, por una leucemia mieloide aguda. Al poco tiempo de haber nacido, su familia volvió a Italia, instalándose en la ciudad de Milán. Sus padres, si bien eran católicos, no eran particularmente practicantes; la religión estaba relegada a un puesto secundario en sus vidas. Desde pequeño demostró una particular inclinación por conocer y visitar las iglesias de las ciudades que recorría con sus padres, generando a temprana edad una cercanía y devoción especial por la Eucaristía.
Recordado por los suyos como alguien sonriente, acogedor y solidario – compartiendo sus ahorros con los más pobres –, tuvo un interés especial en la computación. De esta forma, interesado por el sentido de la Eucaristía, elaboró una exposición sobre 136 milagros eucarísticos en el mundo entero, la cual difundió primeramente a través de una página web. Después se dedicó a investigar sobre apariciones marianas en distintas partes del mundo. No obstante su joven edad, acuñó varias frases de singular profundidad y sabiduría; para él, “la Eucaristía es una autopista que lleva al cielo”. Con un toque de originalidad, afirmó que “muchos nacen originales, pero mueren como fotocopias”. Sintiéndose mal a principios de octubre de 2006, sin que se supiera la razón, le realizaron varios exámenes que concluyeron la existencia de una leucemia fulminante. Tres días después muere en el hospital de Monza.
Después de los procesos que la Iglesia establece para la canonización, en el que se declararon dos milagros por su intercesión, uno en un niño brasileño y el otro en una joven costarricense, ha habido un interés creciente en mucha gente para saber más de él. Su foto sonriendo con polera y mochila juvenil lo identifican como un joven simpático y moderno, pero profundamente entusiasmado por el Señor y su Reino. Ciertamente es un modelo para tantas personas que parecieran buscar un rumbo en la vida pero que no lo encuentran en el dinero, la fama o la diversión. San Carlo Acutis es un santo de nuestro tiempo.
+ Fernando Ramos Pérez
Arzobispo de Puerto Montt