Opinión Arzobispo de Puerto Montt: Servicio Público
En las numerosas visitas que he hecho a parroquias y comunidades de la arquidiócesis de Puerto Montt, varias veces me he encontrado con mujeres de la tercera y cuarta edad que fueron profesoras en escuelas rurales de nuestra región. La gran mayoría estudió en la Escuela Normal Rural de Ancud. Inaugurada en 1931, concluyó su misión en 1974, cuando la formación de profesores se encargó exclusivamente a las universidades. Por más de 40 años, generaciones de profesoras – y desde 1952 – también profesores, egresaron de sus aulas para dedicarse a la hermosa tarea de llevar la educación hasta los lugares más recónditos de lo que actualmente es la Región de Los Lagos.

Sus testimonios son emocionantes. Vidas dedicadas a educar niños y niñas en sectores rurales. Muchas de ellas llegaron a pequeñas escuelas en carreta o a caballo, en las que a veces eran la única docente. Además de enseñar a leer y escribir, también tenían nociones de agricultura y ganadería básicas, de higiene y otras disciplinas para que los infantes pudieran enfrentar la vida y sus desafíos. Impresiona escuchar sus anécdotas las que recuerdan con cariño y entusiasmo. Tenían poco tiempo para la entretención; sabían que no podían enfermarse, pues sus alumnos quedarían a la deriva.
Además de rendir un tributo a estas extraordinarias maestras del sur de Chile, quisiera hacer presente la dedicación y espíritu de servicio de estas educadoras, ya que somos miles los chilenos escandalizados por la información de Contraloría que nos dice que en los años 2023 y 2024 más de 25.000 funcionarios públicos salieron del país haciendo uso de licencias médicas que los liberaba de ir a trabajar por razones de salud, siendo la Municipalidad de Puerto Montt el quinto organismo público del país con más casos. Todos sospechamos evidentemente que la gran mayoría de estas licencias son fraudulentas.
Algo no está funcionando en el corazón de muchas personas, especialmente cuando se privilegia el tener a costa del ser. Hay una severa crisis ética en este asunto ¿Qué vale más: tener unos días de descanso y turismo en el extranjero que decir la verdad sobre su condición de salud? ¿dónde queda el juramento hipocrático de usar las habilidades y competencias personales adquiridas, tras arduos estudios universitarios, para salvar la vida de los enfermos, o es mejor usarlas torcidamente para ganar un poco más de dinero? El testimonio y la motivación ética de las decenas de profesoras del sur en el pasado se transforman en una verdadera interpelación ética a todos los servidores públicos del presente.
+ Fernando Ramos Pérez
Arzobispo de Puerto Montt