Junto a la comunidad Monseñor Fernando Ramos preside Misa Noche Buena en la Catedral de Puerto Montt
Con la presencia de fieles y sus familias, el Arzobispo de Puerto Montt, monseñor Fernando Ramos celebró la Misa de Gallo, siendo iniciada con la puesta del Niño Dios en el pesebre de la Iglesia Catedral de la ciudad.
El arzobispo de Puerto Montt inició su homilía recordando que “hace algunos años conversando con una persona ya algo mayor me contaba que para él la celebración de la Navidad era siempre un problema. Pregunté por qué celebrar la Navidad para usted un problema, y me respondió que él estaba desvinculado a su familia y que en Navidad no solo no tenía a nadie a quien darle un regalo, sino que además no tenía con quien sentarse a la mesa para celebrar Navidad.
“Hay gente que la Navidad es un problema, en cambio para otros es un motivo de fiesta de alegría, de paz y de tantos buenos sentimientos que tenemos los seres humanos y por eso este ejemplo de situaciones tan distintas los pueden hacer ver que la Navidad no sea lo mismo para todos. Hay personas que sienten la Navidad como un problema, para otros una alegría para otro una fiesta para otros recibir un regalo para otros comprar regalos para otros preparar la cena y así podríamos agregar una gran cantidad de situaciones con las cuales todos los seres humanos celebramos la Navidad y esto nos hace ver que nosotros, los seres humanos, cada uno tiene la capacidad de darle”.
“Por eso es bueno preguntarnos entonces qué valor, qué significado tiene para uno la Navidad. Lo que estamos celebrando hoy y ustedes que han querido llegar a celebrar esta Misa aquí en la Iglesia Catedral como tantos otros en distintas iglesias y parroquias de nuestra Arquidiócesis de nuestro país y del mundo entero. Vienen a celebrar la Navidad desde la fe, porque la fe orienta mucho mejor nuestra forma de comprender las cosas y eso lo vemos comenzando con el texto del Evangelio que acabamos de escuchar que nos relata como vivieron unos pastores este momento hace 2.000 años cuando nació Jesús, unos pastores que estaban medio dormidos cuidando unas ovejas en esa época. En un momento se le aparecen los Ángeles y les dicen que ha nacido un Salvador en la ciudad de David y el signo que van a poder ver es que hay un niño envuelto en pañales en un pesebre, un salvador, el Mesías que trae tantas cosas buenas”.
“Solamente desde la fe, uno comienza a interpretar este momento, a darle sentido y encuentra sentido justamente en las palabras que escuchamos del profeta Isaías, la primera lectura cuando dice el pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz. Eso es lo que viene a significar la Navidad cuando uno entra en el auténtico espíritu de Navidad uno es capaz de atravesar todo lo que a veces adorna y confunde la Navidad: atravesar la preocupación por la cena, atravesar la preocupación por comprar regalos, atravesar un poco este espíritu de un medio consumista, que a veces nos envuelve para descubrir que hay una gran luz. Luz, que nos ilumina y que surge desde un niño que nace en un pesebre envuelto en pañales, eso es lo que celebramos en la Navidad ¿y por qué decimos que una fiesta de paz de alegría?, porque el mismo profeta Isaías dice que ese niño es el Príncipe de la Paz, su soberanía será grande y habrá una paz sin fin. Por eso para nosotros es un motivo de alegría celebrar Navidad es dejarle espacio a este niño y que después vamos a ir descubriendo con mayor profundidad, que este niño lo reconocemos como el Hijo de Dios que llega hasta nosotros.
“Ver que a veces todas las oscuridades que podamos tener en la vida, que a veces pueden ser muchas oscuridades por problemas económicos, por enfermedades, porque de repente no la encontramos sentido a la vida, toda esa realidad es que a veces son fuertes en nuestra vida quedan iluminadas desde este niño. En este niño encontramos la esperanza. Nosotros no estamos abandonados a nuestras oscuridades. Nosotros no estamos perdidos en los problemas. Nosotros sabemos que nuestra vida se ilumina desde el pesebre de Belén esta es nuestra gran alegría y por eso lo celebramos”
Finalmente, Monseñor Ramos explicó que “él nos invita a que nosotros lo acojamos en nuestra vida, en nuestra conciencia, en nuestro corazón en nuestra familia en los espacios donde estamos. Él se transforma en luz”.